El Origen Fundacional


Cuando la visión pide cuerpo, nace la fundación.

Raíces Conscientes no comenzó como un plan de futuro.


Comenzó como un fuego interno, como la necesidad real de sostener algo que ya estaba ocurriendo.

Este proyecto nació de una vivencia.


Del encuentro entre personas, familias, ideas y territorio.


De la experiencia directa de convivencias, de cocinar juntos, de limpiar, de ver a l@s niñ@s jugar libres en un espacio cuidado.


Y de la certeza de que esto no podía quedarse solo en un encuentro puntual.

Había que cuidarlo. Había que organizarlo.


Había que darle estructura sin quitarle alma.


Así nace la Fundación Raíces Conscientes.

¿Por qué una fundación?

Porque entendimos que para proteger este lugar, compartirlo con más personas y mantener su esencia, hacía falta una base legal clara, transparente y coherente.


Una forma de canalizar recursos, acuerdos, energía… sin perder la raíz que lo originó:

la vida compartida con propósito.

La Fundación nos permite:


- Cuidar el territorio con acuerdos justos y conscientes.

- Acoger experiencias sin convertirnos en una empresa turística.

- Abrir camino a familias, voluntarios, creadores y guardianes.

- Sostener un archivo vivo, no solo legal, sino vibracional

¿Qué sostenemos desde aquí?

- Una cultura basada en la regeneración, el vínculo y la presencia.

- Un modelo de convivencia donde se ensaya otra forma de vivir.

- Un espacio donde la Tierra no se explota, se escucha.

- Un ritmo donde crianza, arte, trabajo y descanso se integran.

- Una comunidad que no es masiva, pero sí profunda.

Desde la raíz

Todo esto está recogido en nuestros primeros documentos vivos:


El Código Sagrado, el Registro Fundacional, el Decálogo de Convivencia, el diseño del CEREBRO RAÍZ 11.11 y los informes que hemos ido generando caminando.

Si has llegado hasta aquí, es probable que ya estés dentro del campo.


Gracias por querer conocer el origen.


Lo que ves no es lo que soñamos.

Es lo que no podíamos dejar de hacer.